viernes, 25 de noviembre de 2011

LO CATALÁN Y LO ESPAÑOL

Mis padres pertenecían a aquella generación que no tiraba un papel, que cada cosa que pasaba por sus manos, pensaban, podría recobrar su interés  en cualquier momento futuro. Y de aquella actitud, extremadamente prudente, fueron creciendo decenas de carpetas que escondían y acababan en el olvido. Cartas, recortes de diarios o facturas y recibos cuya única utilidad era la de comprobar que la vida había subido una barbaridad.

Debía ser un hábito generacional, porque mi mujer y sus hermanos están poniendo orden y separando el grano de la paja de miles de miles de papeles que mi suegro fue acumulando a lo largo de toda su vida. Era un químico que se dedicó íntegramente  a la investigación, pero que supo no caer en la especialización devoradora y se abrió al mundo del saber, ya fuera del científico, de las humanidades o de todo aquello interesante que le rodeaba .

Fue un químico catalán universal que se educó, en los años previos a la Guerra Civil, en el Institut Escola, aquella avanzadilla de la enseñanza moderna  promovida por la Institución Libre de Enseñanza,  que en Barcelona  estaba situada en el parque de la Ciutadella. Manel Ballester tuvo la mente abierta a todo lo que iba y venía del resto de España y del resto del Mundo,  una voracidad insaciable por el conocimiento y parece que dejaba en su recámara de papeles las cosas que más le preocupaban.

Así lo deduzco de uno de los papeles que no quiso tirar y que  ha venido a parar a mis manos. Es  un artículo del periodista José María Carrascal, corresponsal y maestro de corresponsales para quienes hemos estudiado y ejercido el periodismo en los últimos decenios. Fue corresponsal en Alemania de Diari de Barcelona y Pueblo y  de ABC en Nueva York desde 1957 a 1990.

Ya en España, se incorporó al proyecto televisivo de Antena 3, donde pudo volcar todo lo que había aprendido, visto y oído en su larga vida americana. Fue  conductor de un informativo de medianoche que rompió, en España, los moldes bustoparlantes en los que estaba –y en buena medida está todavia- encorsetada nuestra televisión. Algo debió tener que ver su proximidad en Nueva York con Walter Cronkite, aquel maestro norteamericano que durante casi 20 años años fue seguido incondicionalmente por millones de norteamericanos que cada noche se iban a la cama después de que aquel veterano dijera, en la CBS,   aquello de «And that's the way it is» .(Y ésto es lo que hay) en traducción libre.

Carrascal publicó en ABC, en 1978, un artículo al que se puede llegar a través de la hemeroteca del diario decano de Madrid, cuyo título es "Catalanizar España". Lo he leído y he comprendido por qué Ballester no quiso desprenderse de él, seguramente porque le produjo una sensación a mitad de camino entre la incredulidad y la esperanza. Cuando hace pocos días compartía este hallazgo con su hijo el mayor, me dijo lacónicamente “Interesante, pero las cosas han tomado la dirección contraria”.

El todavía articulista de ABC volvió a España después de haberlas visto de todos los colores, de haber asistido a la vida americana que creó el Kukusklan, a la muerte de los Kennedy, a la humillación de Vietnam y la Bahía de Cochinos, pero antes, al tiempo que cubría la actualidad del país más poderoso del mundo, sacó tiempo para escribir sobre algo que le preocupaba en España. Como muestra, les transcribo dos botones de ese artículo que ustedes pueden leer íntegramente pinchando en  el enlace del párrafo anterior. Fue escrito y publicado pocos meses antes de que fuera aprobada la Constitución.

“Una de las mayores desgracias  que ha sufrido nuestro país es que lo que ha venido presentándose como “espíritu español”, apenas está impregnado de catalanismo, cuando debería haber sido uno de sus ingredientes principales. Bien distinto nos hubiera ido, muchas desventuras nos hubiéramos ahorrado de haber ocurrido así”

“Sólo los que por razones de la vida, hemos tenido la suerte de que nuestras familias fueran a residir allí, pudimos darnos cuenta de las enormes diferencias que hay entre lo que se cree en el resto de España que son los catalanes y lo que son en realidad…Y no me refiero solo a la laboriosidad, al sentido organizador y de empresa, a la iniciativa. Me refiero a algo más valioso y raro: a la mezcla de tradición y modernidad que hace a los países a la vez estables y dinámicos…”

No, no voy a entrar en honduras. Así que no se preocupen  mis buenos amigos y las personas que me quieren, porque soy consciente de que aquellos temores de Carrascal en 1978 han derivado a que el suelo social sea hoy muy resbaladizo. Pero déjenme que les diga, en la línea de lo que escribió el articulista, que sí que me preocupa ese gran desconocimiento que existe sobre Cataluña en el resto de España y que para los que sin ser nacidos aquí nos sentimos arraigados –llegué a Barcelona hace 22 años- llega a resultarnos muy difícil de soportar. De forma distinta, pero incluso más ácidamente y con cierto sentimiento de orfandad, cosa esta última que los catalanes de toda la vida no tienen que padecer en la tierra que les vio nacer.

El asunto es y será de tesis, cuando el paso del tiempo permita ver las cosas desde la distancia.

Javier Zuloaga

4 comentarios:

Juan Astorqui dijo...

Los que como tu hemos tenido la suerte de nacer, vivir y trabajar en el País vasco, pero tambien fuera de él, nos sentimos identificados con el comentario del doctor Carrascal sobre "la tradición y la modernidad". Todavía no estoy seguro si este binómio sigue siendo así o si los nacionalismos, todos en general,no han acabado con otra virtud: el espíritu universal de pueblos como el vasco y el catalan.

Ignacio dijo...

Javier, me ha gustado mucho tu artículo, lo voy a hacer circular entre los amigos catalanes y no catalanes.

Quim dijo...

Hace mucho tiempo ya que el español más universal de todos dijo esto de Barcelona:

“(…) archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única (…)”

http://cvc.cervantes.es/obref/quijote/edicion/parte2/cap72/default.htm

Habiendo nacido en otro país y vivido en muchos lugares antes de aterrizar en la Ciudad Condal, a día de hoy creo que todavía conserva mucha vigencia lo dicho tanto por Cervantes como por J.M. Carrascal.

Quim dijo...

Hace mucho tiempo ya que el español más universal de todos dijo esto de Barcelona:

“(…) archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única (…)”

http://cvc.cervantes.es/obref/quijote/edicion/parte2/cap72/default.htm

Habiendo nacido en otro país y vivido en muchos lugares antes de aterrizar en la Ciudad Condal, a día de hoy creo que todavía conserva mucha vigencia lo dicho tanto por Cervantes como por J.M. Carrascal.