Em preocupa la
situació de Catalunya. Veig la dificultat de sumar, i em ve al cap una frase de
sant Benet, patró d´Europa: diu que no hem de buscar el que em convé a mi
mateix o al meu grup, sinó el que convé a la col·lectivitat, a la majoria; i
això ens falta. Em preocupa el perill de crear una divisió dins la societat, i
la solució passa pel mateix consell de sant Benet: buscar més el bé comú…
…Per les votacions
que s´han fet, es veu que hi ha una mica més d´un cinquanta per cent en un
costat i una mica menys en l´altre. Si això no se sap gestionar, i veient el
que ha passat en altres llocs, pot portar a una divisió. Un monjo que va ser a
Anglaterra el diumenge després del Brexit m´explicava que al matí va anar a
missa a una església catòlica, i allà van pregar perquè el Brexit no suposés la
divisió de la societat anglesa, i a la tarda va anar a vespres a una església
anglicana, i allà van pregar pel mateix, perquè el resultat del referèndum
havia sigut molt igualat.
http://amp.regio7.cat/bages/2016/08/03/josep-maria-soler-em-preocupa/373323.html
Son palabras, hace justo ahora un año, del abad de del monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, Josep María Soler, publicadas en una entrevista en Regió 7 , periódico comarcal de merecido prestigio en Cataluña. He buscado este enlace cuando anoche vino a mi cabeza una pregunta cuando no acababa de dormirme.
Son palabras, hace justo ahora un año, del abad de del monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, Josep María Soler, publicadas en una entrevista en Regió 7 , periódico comarcal de merecido prestigio en Cataluña. He buscado este enlace cuando anoche vino a mi cabeza una pregunta cuando no acababa de dormirme.
-Y cuando acabe todo lo que ahora está ocurriendo,
cuando acabe La batalla del Proces…
¿qué pasará?, ¿cómo seguirá todo?
No me cabe la menor duda de que, aunque bastante
inquietos, seguiremos los mismos hábitos
que ahora llevamos y que las personas deberán ganarse la vida y preocuparse por
parecidas cosas. Es una cuestión elemental, que sin embargo no oculta que
estará en el escenario de nuestras vidas algo que no existía antes.
De la misma manera que el Abad de Montserrat, que hace
ya un año andaba taciturno con la división de la sociedad catalana, andará aún
más inquieto después de este año que ha pasado, todos nos preguntaremos, en
mayor o menor medida, acerca de los pasos que dará la historia.
Si el superior de los benedictinos en la abadía de
Montserrat tenía razón hace un año, no les quiero contar ahora, después de muchos
meses en los que que la cuerda de la tensión y la corrección está prácticamente
rota y se aproximan celebraciones electrizantes…esas que hacen que las
emociones se sumen tanto a las convicciones y a los razonamientos, que llevan a
las personas a confundir el orden más prudente de las mismas, no dando
prioridad a lo que es más importante y que, como bien declaraba el abad a Regio 7, es el bien común.
Me temo que lo del “bien común” es algo sobre lo no
resultará fácil que nos pongamos de acuerdo quienes componemos la sociedad
catalana y que las verdades absolutas, el conmigo
o contra mí pesarán en nuestra relación.
¿Qué pasará entonces?
Anoche, cuando finalmente me dormí, soñé que me quedaba
colgado, dentro de un ascensor, con una persona que resultaba ser vecino mío y
que, además, iba envuelto en una estelada
independentista. Yo iba de paisano, sin envolverme en nada, pero él sabía que
yo no era de los suyos, que era de los otros, los que no quieren separarse,
aunque crea que son muchas las cosas que nuestros políticos deberían apuntarse en su agenda para dejarnos
respirar a quienes, en Cataluña, creemos en España como estado, que queremos
algo más que el respeto a las leyes –que también- y que creemos que los
problemas de fondo de una sociedad, cuando se cronifican, se merecen una
reflexión política a fondo, salvo que no se quiera ver en el horizonte la
sombra de una suerte de revolución popular.
Sí. Eso le decía a
mi vecino cuando ya llevábamos un par de horas colgados en el ascensor y
comenzábamos a abrirnos porque se nos había agotado el repertorio de las
cuestiones banales, anecdóticas y entrábamos en las de mayor calado.
-Yo me llamo Jordí…¿y tú?
-Yo, Javier
Y, en las siguientes dos horas, ya eran cuatro, entramos
al trapo de nuestra condición política, la suya evidente por su bandera y la
mía bastante transparente porque a mi, al final, todo se me nota. Nos
explayamos.
Y hoy –en el sueño habían pasado ya seis o siete días-
Jordi y yo habíamos quedado para tomarnos unas copas y hablar sobre las otras
cosas de la vida. Acerca del turismo de masas y asalto a los busturistics , o del Barça…uno de los
cuatro símbolos más importantes de Cataluña, junto con el RACC, “la Caixa” y la
Mare de Deu de Montserrat.
¿Será posible un final así de feliz?... Me pregunto qué pensará el abad Josep María Soler.
Javier ZULOAGA