sábado, 13 de junio de 2020

HERALDO DE ARAGÓN: JAVIER ZULOAGA O LA CAIDA HACIA LA NADA DE UN JOVEN ECONOMISTA


El escritor y periodista bilbaíno, afincado en Cataluña, publica su quinta novela, ‘Los palos que da la vida’, un libro de amor, fracaso y revelación

·       ANTÓN CASTRO 

Javier Zuloaga (Bilbao, 1952) ha recorrido medio mundo, con la literatura y con el periodismo y ahora, a sus 68 años, reside en San Cugat. Intenta dar salida un montón de curiosidades: acudía hasta la pandemia a las clases de la Universidad Autónoma, donde se ha matriculado en Historia Contemporánea, estudia idiomas, desea aprender a tocar la guitarra de la mano de algunas canciones de Joaquín Sabina, al que califica como “un poeta que cuenta historias”, y practica la independencia personal. “Los partidos políticos son importantes para la democracia, pero a mí me gusta ser libre, decidir por mi cuenta”, dice.

A la par dice que a veces se deja convencer por las recomendaciones de Amazon en algunas lecturas; habla maravillas y no para de la novela policíaca ‘La suerte de los idiotas’ de Roberto Martínez Guzmán, aunque su nómina de lecturas va más allá: ha vivido como si fuera una película ‘La madre de Frankestein’ de Almudena Grandes, “qué gran escritora, tiene un poder narrativo deslumbrante. Me encanta”, es entusiasta de los libros de Miguel Delibes -“viví en Valladolid varios años, allí mi padre dirigió ‘El diario regional’ y lo conocí”, dice-, y cita otras pasiones: Ignacio Aldecoa, Mario Vargas Llosa e Isabel Allende...

Había publicado cuatro novelas en el desaparecido sello El Aleph y ahora aparece la quinta, en Caligrama: ‘Los palos que da la vida”, donde cuenta la historia de un hombre, bien situado y que distrufa de distintos niveles de éxito, al que de golpe le empiezan a salir mal las cosas. “¿Que qué tipo de novelista soy? No es fácil decirlo. Me gusta contar. Todos mis libros son un poco distintos. Empecé en 2005 con ‘El hombre que pudo ser libre’, y allí la materia narrativa nacía de mi fantasía, de muchas cosas que había oído en mi infancia en Bilbao y que me había acompañado desde entonces. En ‘La isla de los Rebeldes’, de 2009, transcurría en la isla de San Gregorio, perdida en un lugar inconcreto del Caribe y abordaba, entre otros asuntos, algo que me interesa mucho: el populismo, un movimiento que surge cuando las cosas van peor, que hemos visto en Venezuela, en Cuba o en otros lugares. 

En ‘Librería Libertad’, 2011, que transcurre en el Raval, aparecía una joven Laia, de la burguesía catalana, con ideas propias. Y ese personaje reaparece en mi nueva novela”, explica. Cuando apareció este libro confesó: "Mi vida ha sido leer y escribir".


Juan García es el protagonista de ‘Los palos que da la vida’. Es un joven bien formado que trabaja en un banco de Madrid y que triunfa social y laboralmente “sin darse cuenta de todo lo que tiene a su alrededor. De la vertiente humana. De repente, por varias circunstancias, todo le empieza a ir mal, comete errores, y en ese viaje hacia la nada descubre la manipulación de las emociones colectivas, la soberbia, la venganza, y descubre la reacción de tribus urbanas o de colectivos sociales que no podía esperar.

 Era como si hubiera pasado por la vida como si darse cuenta. Hasta entonces había sido un cándido, había pecado de ingenuidad. Y esa falta de picardía social es la que le empuja a cometer equivocaciones y recibir inesperadas bofetadas de la realidad, y se convierte en una suerte de antihéroe que debe buscar el camino hacia la madurez”, matiza
Javier Zuloaga parece refractario a avanzar algo más del argumento de su novela, que también es una novela de amor y desamor. “En la trama también es importante un asunto de faldas. Juan García entabla una relación con una mujer vinculada a su profesión: ella trabaja en un banco de su familia y esa relación marcará mucho al protagonista”, desvela. “Hasta ahí puedo decir”, subraya. Hay otras cosas: una mirada social, una reflexión sobre los medios de comunicación y las redes sociales y esa especie de obsesión de varias de sus ficciones: el populismo.
“Piense por ejemplo en Venezuela. Tengo familiares que fueron a trabajar allí en pleno apogeo del petróleo, en los tiempos de Rafael Caldera. Era el paraíso de la economía; de repente todo se vino abajo y surgieron esos movimientos que tan bien descritos están en ‘La hija de la española’ de Karina Sainz Borgo, que revela algo que nos invita a pensar: los populismos se abren paso en medio de la miseria y las grandes crisis de la sociedad”, señala. Mira hacia España. “Piense en Podemos, también. Ahora ya se institucionalizado e incluso gobierna, pero es un movimiento o un colectivo que nació en la calle, del descontento social”.
También defiende el buen periodismo y advierte contra las ‘fake news’ que llenan el móvil “de fantasías y noticias delirantes que parecen inventadas por mentes diabólicas que ven una conspiración universal por todas partes”.








lunes, 8 de junio de 2020

EL IMPARCIAL: "ESTAMOS EN UNO DE LOS MOMENTOS DE MAYOR Y PEOR POPULISMO"

Lunes 08 de junio de 202013:17h
Javier Zuloaga ha publicado su quinta novela, "Los palos que da la vida"(Caligrama, 2020), un libro que reflexiona sobre la libertad del ser humano y los movimientos sociales a través de su protagonista, Juan García, quien tiene que adaptarse continuamente a los cambios o palos que se presentan en su vida personal y profesional.

Juan es un hombre normal impulsado por la inercia social. Siempre camina sin mirar a su alrededor hasta que un día todo su mundo se desmorona y descubre la realidad de las calles. Desde entonces, se sucederán una serie de acontecimientos imparables que le obligarán a readaptarse una y otra vez.

Preguntado sobre la coincidencia del título de su novela con el momento actual, Zuloaga reconoce a este diario que, "aunque todo el mundo está recibiendo bastantes palos" con la pandemia del coronavirus, este tema "no guarda relación con el argumento". Sin embargo, defiende que en sus páginas se habla sobre lo que estamos viendo y lo que aún nos queda por ver.

En este sentido, recuerda que escribe sobre el populismo, "uno de los grandes problemas que tiene la sociedad actual". "La manipulación y sacar partido a las desgracias sociales es algo que, desgraciadamente, está a la orden del día", opina. De hecho, se atreve a decir que "actualmente estamos en uno de los momentos de mayor y peor populismo que nos podíamos imaginar". 

"A mí lo de la nueva normalidad me sobrecoge un poco. Es un término que no me acaba de convencer", asegura. "La gente lo repite y los medios lo utilizan como si existiera desde hace mucho tiempo: es una suerte de slogan que camina a convertirse en una realidad y cuyo contenido no está claro que sea ni bueno, ni esperanzador…ni mucho menos atractivo", profundiza. Así, considera que esta nueva expresión "debería servir para corregir todos aquellos aspectos que pueden ser mejorables respecto a lo que antes teníamos" y no para el "borrón y cuenta nueva" que, desde su punto de vista, se está asumiendo.

Zuloaga aborda también en su novela el error relativizar los problemas cuando uno está en su zona de confort. Sobre este aspecto piensa que "en la vida hay que aspirar y trabajar para triunfar, pero sin dejar de mirar a los lados": "Juan nunca mira hacia abajo desde la ventana de su despacho y hay que tener en cuenta que el mundo es mucho más grande". De este modo, insiste en que "mientras tú vas subiendo no puedes dejar de mirar lo que ocurre a tu alrededor porque, como el protagonista, puede ocurrir que caigas por el plano inclinado de la vida y descubras cosas que ya existían pero en las que antes nunca te habías fijado".

"A partir de esos errores, Juan García empieza a descubrir cómo es la vida", explica el autor, que señala que el personaje principal de su quinta novela, a pesar de triunfar como economista, no se libra de "los palos que da la vida, porque a todos nos puede sacudir una mala racha".

Otra de las cuestiones en la que se detiene son las redes sociales. Como escritor y periodista, cree que lo importante aquí es "saber separar el grano de la paja". A pesar de aceptar que son "una vía comunicación", al mismo tiempo dice que han sido "una fuente de intoxicación muy preocupante". Reitera que por las redes sociales "va todo" y, por ello, reivindica la marca de los medios de comunicación como garantía de verdad en estos tiempos: "Que Efe sea Efe, El Imparcial sea El Imparcial, La Vanguardia sea La Vanguardia, como garantía de que la noticia es verdad, para no dejarse infectar".

Javier Zuloaga trabajó ocho años en la Agencia Efe y dirigió diarios como La Voz de Castilla o El Día de Baleares y al dar su visión acerca de estos cambios tecnológicos en la profesión, pone el foco en la importancia del periodismo ante las informaciones falsas que circulan en las redes: "El periodismo tiene que seguir existiendo por encima de todo, ya que la maldad puede sacarle provecho a esto", afirma.

Por ello, ante una situación de crisis sanitaria como la de ahora, advierte de que el populismo es "uno de los defectos que más afectan a la sociedad en la que vivimos en estos momentos".

No obstante, cree que todos los gobiernos deberían sacar una lección de este virus: "El coronavirus debería ser un aviso para todos los gobiernos que se han visto con los dedos pillados". Así, señala que, a partir de ahora, "gobiernos como Estados Unidos, Reino Unido o España deben echarle imaginación y trabajar para tener siempre en un cajón planes de emergencia: deben pensar en qué es lo peor que nos puede pasar y elaborar un protocolo de actuación".

https://www.elimparcial.es/movil/noticia/213873/cultura/zuloaga:-estamos-en-uno-de-los-momentos-de-mayor-y-peor-populismo.html